martes, 3 de noviembre de 2009

Triunfal festival en la Puebla del Río

Los hermanos Peralta deben sentirse orgullosos del festival que tuvo lugar en la Puebla del Río para la realización de un monumento en homenaje a ellos. En la plaza portátil, que se instaló en la localidad sevillana, se colgó el cartel de no hay billetes con un ambiente plagado de arte, que comenzó con el Orobroy de fondo y leyéndose un manifiesto pro - monumento.

Se lidiaron cinco novillos de diferentes ganaderías, 1º, 3º y 5º para rejones, de Fermín Bohórquez, 2º de García Jiménez y 4º de Núñez del Cuvillo, de poco juego en general.

El rejoneador Diego Ventura tuvo dos actuaciones de diferente calado en los tendidos. Con su primero estuvo variado con las banderillas y tras dejar un rejonazo y un descabello cortó las dos orejas. Con el tercero se mostró voluntarioso con un parado novillo. El que puso la plaza en pie fue el caballo de su cuadra llamado "Morante" que empezó a darle bocados al toro en el centro del ruedo. Tras un pinchazo, un rejón defectuoso y dos descabellos cortó otras dos orejas.

Caso contrario es el de su compañero de cartel Morante de la Puebla en el cuarto de la tarde. Al que pinchó, tras haber ejecutado un quite ajustadísimo por delantares, pegarle una serie de naturales a cámara lenta y hablerle llegado a cantar hasta un espectador. El público le pidió las orejas como a Ventura, pero su justicia y humanidad le llevaron a decirle al público que no se la pidiera. En un festival el criterio de conceder orejas es menor que en una corrida normal, pero aquí el torero de la Puebla del Río demostró que es artista en todos los aspectos de la vida.

En su primero estuvo espectacular con el capote. Recibió al animal por verónicas, lo llevó al caballo galleando por chicuelinas y realizó un gran quite por tafalleras. Con la muleta se mostró entregado pero el animal a la hora de entrar a matar se puso complicado para el torero. Aún así le cortó las dos orejas.

En el quinto de la tarde llegó el momento más esperado. Ventura y Morante intercambiaron sus papeles, una faena para la historia. El rejoneador recibió al novillo por verónicas y ejecutó un buen quite por chicuelinas. Por otra parte, Morante salió montado a lomos de un caballo de Ventura, llegando a poner al público en pie, sobre todo en los pares de las rosas en homenaje a los hermanos Peralta. Posteriormente, Diego lo toreó con la muleta y le dio una estocada un poco defectuosa. El público pidió las dos orejas y rabo para ambos diestros, y Morante se las entregó a Rafael y Ángel Peralta, a los cuales también sacaron a hombros.


Fotos: Sandra Carbonero

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