miércoles, 29 de febrero de 2012

Fernando González, sueños de plata


Foto: Sandra Carbonero

Fernando González es uno de los mejores banderilleros de Badajoz. Cada ruedo que pisa queda marcado por su lidia con el capote y su buen hacer con los rehiletes. 

- ¿De dónde vino tu afición para dedicarte al mundo del toro?
- Por mi padre que ha sido siempre aficionado y abonado aquí a la plaza de toros de Badajoz y me llevaba de pequeñín. Ya un buen día con 9 años, dando vueltas por el Club Taurino, me apunte sin que él supiera nada a la Escuela Taurina. Fue en el año 86. A partir de ahí, como esto engancha, enganchado seguimos y seguiremos.

- Hay quien sólo conoce tu trayectoria como banderillero, pero no todos saben que fuiste alumno de la Escuela Taurina de Badajoz cuando empezaba la escuela.
- Justamente el año de la inauguración de la escuela en 1986, estando de profesor Luis Alegría, Antoñete, que siempre ha estado ahí con nosotros, y Manuel Santos “Pitillo”. Luego en el escalafón de los novilleros sin picadores, quizás estuve muy poquito tiempo porque entonces la escuela no estaba subvencionada ni había recursos y había que buscarse la vida. Por aquí, por los pueblos de alrededor, lo que más había eran festivales y corridas de toros y de rejones. Quizás pronto tomé la decisión de hacerme banderillero, pero ahora no me pesa porque tengo juventud y veteranía.

- ¿Ese fue entonces el motivo por el que decidiste hacerte banderillero con tan sólo 18 años?
- Sí, porque con los pocos tentaderos a los que íbamos no lo veía claro, el torear una becerra e ir de tapias cada mes y medio y al no tener continuidad no lo ves seguro. Yo no me veía seguro ni mucho menos. Entonces lo que me gustaba era torear y entrenaba por aquí con los banderilleros que había por Badajoz. Un poquito arropado y empujado por todos me hice banderillero en el año 95, que debuté en Fuentes de León.

- ¿Cómo recuerdas tu debut como banderillero, hace unos 17 años, con Juan Carlos Lancho?
- Con bastante incertidumbre y un poquito intranquilo. Banderilleé el primer novillo como pude porque era el primero que banderilleaba de nuestro amigo José María Marrón, que entonces era empresario de la plaza. A partir de ahí, lo más importante de todo de todo es poner interés, querer evolucionar, avanzar y perfeccionarse. Creo que lo hemos ido consiguiendo y seguimos aprendiendo.  Creo que aquel día, aquel momento, por supuesto no se olvida nunca.


Foto: Juan Pelegrín
- ¿Quién o quiénes han sido tus espejos?
- Me ha gustado mucho fijarme en Martín Recio, El Pali, Montoliú con el capote, que ha sido un gran banderillero pero también un gran torero con el capote. También Luciano Núñez en los últimos tiempos, que ya se retiró hace cuatro o cinco años tras ir con José Tomás. Aquí en Extremadura también tenemos excelentes profesionales que se merecen torear también con cualquier figura del toreo. Además, tenemos buenos toreros en Badajoz de los que cada día aprendemos y admiro mucho.

- Comentabas antes que no te arrepientes de haber tomado la decisión de hacerte banderillero.
- No me arrepiento porque fíjate lo difícil que está, antes quizás menos, con la cantidad de matadores que hay, poder acartelarte no solamente en las ferias importantes sino incluso en los pueblos. A mí lo que me gustaba era torear y ponerme el traje de luces y es lo que hago con continuidad y no me importa no tener la espada y la muleta en la mano. Tampoco creo que hubiera tenido condiciones. Una vez al año la cogemos y matamos el gusanillo en el festival de los banderilleros. Pero estoy contento por esta parte, y vuelvo a repetir, que tal vez reúno experiencia por todos estos años, veteranía y juventud.

- Lo has dicho antes, pero creo que hay que hacer hincapié en ello, porque se dice que Extremadura vive ahora un momento dorado en cuanto a toreros, pero hay que decir que también en lo referente a hombres de plata.
- Por supuesto que sí. Extremadura esta ahora mismo y no sólo en ganaderías y en matadores de toros, hay también excelentes profesionales y excelentes banderilleros. Hay algunos que no son de aquí pero se han criado aquí, como Javier Ambel, José Luis Sierra de Mérida, Miguel Murillo o Ismael Jiménez que lleva incluso más tiempo que yo porque debutó un par de años antes que yo, entre otros muchos que se me olvidarán. Todos estos están capacitados para ir con cualquier matador de toros. Luego hay otros jóvenes que vienen detrás empujando, como son Fini o Juan Carrasco, antes El Bache, que anda de maravilla. Esto no se va a acabar aquí ni en cuanto a ganaderías, ni toreros, ni banderilleros.

- ¿Crees que está bien reconocida la labor de los banderilleros?
- Creo que más que no esté bien reconocida, es que no se conoce bien la labor que desempeñan desde por la mañana hasta que termina la corrida. Quizás sí nos gustaría que se reconociera el trabajo que se hace en la plaza y no solamente allí, porque nosotros desde que nos levantamos nos preparamos y entrenamos con la misma ilusión que cualquier matador de toros o más. Se dan muchos premios al toro más bravo o a la faena más completa, pero faltaría un poco más de darle un empujón y reconocer a los toreros de platas porque somos también una pieza imprescindible, y algunos más que otros hemos regado España con sangre, sudor y lágrimas.

- El gusanillo de ser torero sigue ahí, porque te hemos visto hacer el paseíllo en más de un festival.
- Toreros somos, partiendo de esa base, que hay que puntualizarlo. Una vez al año nos gusta reunirnos y organizar un festival con todo lo que ello conlleva, y de pasar ese nerviosismo y esa cosa en la barriga un mes antes preocupados, igual que cuando eras un chiquillo y verte otra vez anunciado en un cartel y con los compañeros de plata que estamos aquí. El año pasado hemos toreado juntos Miguel Murillo o José Luis Sierra. Hay toreros que me gustaría que matasen el festival algún año como Ismael o Pablo Mérida. Ese gusanillo que hay, si no es en el campo, procuramos hacer el festival y pasar un día a gusto.

- Se reviven muchos momentos, muchas ilusiones…
- Sí, porque es diferente de estar salvaguardando la espalda del matador a ser tú ese día el que estés en primera fila. Lo hacemos de manera simpática y sin intención ninguna de decir aquí estoy yo y vamos a demostrar nada, porque si no lo demostramos en su día, difícilmente ya. Tratamos de pasar un rato divertido y agradable y ver si somos capaces de pegarle diez o doce muletazos al novillo y si no se los pegamos no pasa nada, esperamos a otro año.



Foto: Gallardo
- Decimos que has participado en muchos festivales, pero hay que añadir que todos son solidarios, que siempre te implicas en todas las causas, porque por ejemplo en el festival de noviembre de Alcúescar también participaste en la organización.
- Todos los años intentamos hacerlo. Algunos que otros por tiempo, por compromiso o por lo que sea, no quieren coger la batuta de la organización del festival. A mí me gusta siempre supervisarlo y que las cosas salgan bien. El año pasado fue ya la séptima edición y esperamos que haya muchas más y siempre de carácter solidario, porque nosotros no queremos dinero para nosotros. Siempre hay que buscar un fin benéfico en la localidad para que el pueblo se implique para que el dinero que se saque en la taquilla sea para esa causa.

- ¿Tienes algún recuerdo especial de alguna plaza?
- Tengo varios. El año pasado disfruté mucho yendo a Santander acompañando al maestro Ferrera con la corrida de Victorino a la que le cortó una oreja. También en Pamplona, que he toreado en varias ocasiones. En el año 2010, el toro al que le cortó la oreja el maestro Ferrera, que fue el que me tocó lidiar y fue el de más peso de toda la feria. Otra plaza a la que me apetece mucho siempre ir es San Sebastián porque me encanta desde que empecé a ir en los certámenes con Ambel Posadas hace ocho o nueve años. Badajoz, que aunque es una plaza con menos repercusión que las otras, es una plaza en la que parece que estás en el patio de tu casa pero vienes con más responsabilidad. Y Sevilla, que tengo una anécdota muy bonita y cuando voy por allí me lo recuerdan algunos profesionales. Fue un año que fui con Javier Solís y lidiando un novillo que el público de Sevilla me jaleó bastante y me pegó una ovación muy fuerte que incluso me asusté.

- ¿Cómo es la preparación de un banderillero?
- Por la mañana haces ejercicio físico. Sales a andar o a correr. Nos juntamos en la plaza de toros y tenemos aquí el carretón al que banderilleamos y otro más pequeñito al que toreamos con el capote. Hay que tener muchas horas el capote en las manos y torear muchísimo de salón. Para hacer piernas nos cruzamos la plaza de una punta a otra andando para atrás. Pero para tener eso controlado, si se puede estar veinticinco horas al día con el capote de brega en las manos mejor. Por la tarde acudimos a los tentaderos con los toreros que te requieren y matando toros a puerta cerrada en el campo.

- ¿Este año vas con algún torero o vas por libre?
- El matador con el que fui el año pasado, El Capea, no va a hacer temporada en España porque va a centrar su temporada en América. Y este año torearé también con otros amigos con los que he toreado siempre como Javier Solís, Julio Parejo y todo aquel que quiera que esté al lado suyo. He toreado algunos años colocados y otros años suelto con diferentes matadores y no me puedo quejar en ese aspecto porque estoy muy agradecido a todos los toreros que se han acordado, sobre todo a los extremeños, que nunca me ha faltado estar al lado suyo.

- ¿Hay algún torero en especial con el que te hubiera gustado o te gustaría ir a sus ordenes? Digo te hubiera gustado por si es de otra época y no hemos coincidido con él.
- He tenido el gusto de torear con el torero que más toreó en el siglo XX, que fue “El niño de la Capea” en muchísimos festivales y ha sido una gozada y un privilegio poder actuar a sus órdenes. Con el maestro Ordóñez, un referente para tantos, con el maestro Camino, por decir alguien de otra época. Ahora quizás con Enrique Ponce y con Morante. Son quizás los sueños de todos los que nos vestimos de plata.

Foto: Arjona

- Creo que la plaza de aquí, de Jerez de los Caballeros, te trae buenos recuerdos porque en 2010 reapareciste aquí tras un grave percance.
- Sí. Me rompí el brazo en un festival en Calamonte y ahí en Jerez de los Caballeros fue la primera vez que actué después de la fractura de cúbito que me fastidió la corrida de Victorino de Sevilla con Ferrera. Ahí en Jerez de los Caballeros en ese mano a mano con Talavante y con los puntos fresquitos volvimos a pisar la arena.

- ¿Qué balance haces hasta ahora de tu trayectoria como banderillero?
- No me puedo quejar. Me hice banderillero de cero con tesón, con muchas ganas de aprender y con ilusión y afición. Aquí hay que empezar desde pequeñito a mover los trastos. Si hubiera empezado yo a torear con la edad mía hubiera sido diferente. El haber pisado las plazas que he pisado con el maestro Javier Solís, que corrí todas las ferias, al igual que con Ambel Posadas, con Antonio Ferrera. Quizás la temporada más fructífera y la que más alimentó mi carrera fue la de 2010. Sumé ocho o diez corridas de Victorino y dos de Adolfo que mató Antonio Ferrera, al que le estoy muy agradecido porque me trató fenomenal. Creo que ha sido positiva, lo que pasa es que todos los años no son iguales y años mejores y otros peores. Pero la máxima es siempre ilusión y preparación, igual que los matadores que esperan su momento que les llegue, pues igual nosotros.


Sandra Carbonero

sábado, 11 de febrero de 2012

sábado, 4 de febrero de 2012

Olivenza presenta sus carteles

Olivenza ya tiene sus carteles de la Feria Taurina 2012. No hubo sorpresas en cuanto a los diestros que actuarán, con respecto a lo que se había anunciado con anterioridad.
Os dejo los enlaces de mi noticia y mi galería de imágenes de la presentación de anoche, publicados en Burladero.com 

Enlace de la noticia:

Enlace de la galería de imágenes:

Sandra Carbonero