En esta ocasión nos hemos acercado a la sastrería de toreros de Pedro Algaba, en la capital hispalense, para conocer los secretos que guarda un sastre taurino en su cajón, para que luego disfrutemos en el ruedo con sus diseños, mientras el torero nos deslumbra con su arte y con los destellos del traje de luces.
¿Cuándo y por qué surge la idea de montar la tienda?
Es una idea que yo tenía desde hace mucho tiempo porque todas las sastrerías de toreros han estado destinadas sólo para toreros, por lo tanto sin ningún motivo de publicidad, por lo que han estado metidas en un piso. Por eso, aunque vaya para los torero, pero de abrirme un poco más para el aficionado. Siempre me rondaba la cabeza montar una tienda de sastrería, por lo que ese ha sido el motivo. No soy el primero en montar una tienda de sastrería en la historia del mundo del toro. Me surgió cuando me vine a Sevilla, hace 20 años, fue la primera que monté en Los Remedios en la calle Virgen de Loreto. Luego me pasé a Virgen de Begoña que era un poco más abierto que un piso y luego ya me viene a la calle Adriano donde lo tenemos montado un poco mejor ya.
¿Cómo funciona una sastrería de toreros?
Funciona con dificultad. Funciona con un equipo que tenemos de 45 personas para hacer toda la ropa. En ese equipo de personas, es la mujer la que pone el punto, la lentejuela, la que borda, la que hace los machos, los flecos, la que hace las perlas…
¿Qué es lo que más le cuesta hacer a un sastre de toreros?
Los sastres de toreros tienen dos problemas. Hacer la ropa bonita, pero lo más importante y ahí es donde está el éxito, y es que encaje la ropa. Que la ropa se consiga casi como si fuera una segunda piel, porque la ropa es incómoda por el peso que tiene, por la rigidez de la chaqueta. Entonces el torero tiene que sentir que la ropa le encaja, que le queda perfecta. Eso es un tema muy difícil que le encaje, porque pesa mucho y la taleguilla tiene tendencia a bajarse. El peor cáncer que hay para la ropa de torear es que al ponerse la taleguilla no se le crucen los testículos. La chaqueta debe quedar totalmente aplomada.
¿Cómo se hace un traje de luces?
Se hace con esas 45 personas y con unos materiales que están hechos exclusivamente para el traje de torear. Se hace con raso las partes que van bordadas en la chaqueta y punto en el interior de la taleguilla. Luego esta va forrada con tela blanca de algodón, para que sea más agradable al tacto y para protegerlo de parte interior del bordado. La chaqueta está hecha con un armazón que está realizado con siete telas pegada con calor, telas especiales, que luego trabajándolo con la plancha se haga sus pinzas para que lleve un poquito de forma. Es un proceso lento. Primero se corta, se hace el diseño, se corta, se pone el cordón, se plancha, se pone las lentejuelas, se vuelve a planchar, se borda, se vuelve a planchar, se monta sobre la taleguilla junto con todo.
¿Cuánto tiempo se tarda en realizar uno?
En torno a un mes se puede tardar.
¿Cuánto puede costar un traje de luces?
Eso depende. Pero para hacernos una idea, es una media de unos 3.000 euros.
¿Para qué toreros trabajas?
Por aquí ha pasado Cordobés padre, Manuel Díaz “El Cordobés”, Manzanares, padre e hijo, Rivera Ordóñez, Jesulín de Ubrique, Pepe Luis Vázquez, Curro Romero, Rafael de Paula, Paco Ojeda, José Luis Parada o El Juli entre otros.
¿Cuál crees que es el matador de toros que viste mejor en el ruedo?
Es difícil porque cada uno tiene su personalidad. No va con la estética del torero. Hay quien dice que el torero tiene que ser alto y delgado, pero hay toreros bajitos y delgados, es el caso de Curro Romero, pero en cambio ha sido el que siempre ha vestido mejor en el ruedo. Eso va en el arte de quien lleva la ropa.
¿Qué colores de trajes de luces se venden más?
Hay dos o tres colores de trajes fundamentales. El grana, el rojo, el verde botella, el azul marino, el azul rey. Luego los que se van derivando y los colores pasteles. Los que más se hacen son los colores clásicos. Casi siempre hay dos por color. El rojo y el grana, el verde botella y el verde bandera, el azul marino y el azul rey, el tabaco y el caldero.
¿Podemos ver a toreros extranjeros con trajes realizados en tu taller?
Claro, además extranjeros de todos los países taurinos, como Francia. Hay algunos conocidos, otros menos, pero todos tienen que venir a España para hacérselos. En mi casa se visten toreros franceses, portugueses, mexicanos, peruanos, colombianos, venezolanos, hasta japoneses.
A parte de para toreros, ¿trabajas para otra clientela famosa?
Sí, dentro del mundo artístico, del cine y la televisión, todo lo que tenga que ver con el mundo del toro y más con la ropa de torear. Lo más reciente, se han llevado ropa y capotes y muletas para la película que está haciendo Tom Cruise y Cameron Díaz. También pera Andy García, Sharon Stone, Paul McCartney es asiduo, Plácido Domingo, Latoya Jackson, Rosette o la ópera de Carmen ahora se va a estrenar en Nueva York con ropa nuestra.
¿Se acercan muchos aficionados a adquirir artículos?
Por eso lo hice, aquí no solamente vienen los toreros, ahora vienen esos clientes añadidos que son los aficionados. Así pueden venir a comprar sus capotes, porque antes sólo estaba limitado a los toreros.
¿Alguna anécdota que te haya ocurrido con algún torero?
Cantidades de ellas, tanto en México como aquí, porque yo estuve viendo allí durante ocho años. Son muchas pequeñas anécdotas y algunas grandes anécdotas.
Desde estas líneas agradecer a Pedro Algaba su colaboración para esta entrevista, así como el trato recibido en nuestra visita